Es un buen momento del año para fotografiar artrópodos. Esta semana estuve paseando por una zona de arbustos y pastizales dentro del PN de Oyambre en busca de bichos y me topé con este pequeño díptero (creo que es un macho de Empis livida). Las moscas bailadoras son terribles depredadores, pero también se alimentan de néctar. El macho de la fotografía estaba libando sobre las pequeñas flores de una Asterácea que no identifiqué. Fue una mañana entretenida hasta que el viento hizo su aparición y las opciones de hacer fotos macro decentes desaparecieron. Por la zona andaban en plena floración las jaras del género Helianthemun, mientras que algunas orquídeas estaban ya en proceso de marchitamiento. Una diminuta araña cangrejo Synema globosum se alimentaba de una hormiga.
Entre los arbustos enmarañados se oían los zarceros políglotas. Al ser una de las últimas especies migradoras en llegar, su periodo reproductor se extiende hasta bien entrado el verano. Muy altas en el cielo volaban algunas de las chovas piquirrojas que crían en los acantilados marinos cercanos.
Momentos así, sin ninguna pretensión y en contacto con el mundo natural, son la base de la existencia. Al menos eso creo yo.
