Han sido días de luchas, escaramuzas y persecuciones sin tregua. Ahora, los machos de ciervo están “desaparecidos” en zonas recónditas de los bosques. Vagan solitarios y su única actividad es comer y descansar.
En el escaso tiempo libre de que dispongo me gusta buscar a estos solitarios. La mayoría de las veces solo veo hembras con jóvenes, pero en ocasiones hay suerte.
Este macho le fotografié en un hayedo del PN Saja-Besaya y estuvo un buen rato observándome. Aunque ya no hay hojas en los árboles caducifolios, la luz este día era muy escasa y tuve que disparar a 1/ 100 seg. Cargar con el trípode es molesto, pero permite hacer fotos como ésta, imposibles de realizar a pulso, a pesar de la eficiencia de los estabilizadores.