Ambiente Natural En Otoño

A veces, no está demás colgar algunos bártulos y coger objetivos más pequeños aprovechando la llegada del colorido otoño. Son muchas las oportunidades paisajísticas que nos ofrece esta estación del año en Extremadura y otros lugares de la geografía española, pero yo me centrare en las cercanías de mi población para desplazarme por entornos conocidos y fugazmente coloridos.
La idea es dejar de momento los grandes objetivos, las esperas y los hides.  Disfrutando de un paseo por el campo con tres de nuestros cinco sentidos a tope, la vista, sin dejar de observar el multicolor paisaje con tonos ocres y verdes que nos muestra la otoñada, el oído, pendiente de esos sonidos que invaden el gélido amanecer vespertinos llenos de acústica melodía que nos acompañara por caminos alfombrados de hojas de roble, castaño y otros árboles de hoja caduca que bien se pueden mezclar con el trino de los pajarillos que conforman este biotopo. Como puedan ser herrerillos, petirrojos, carboneros, trepadores, arrendajos y otras especies del bosque caducifolio. Por último, el olfato, que desarrollara en la pituitaria un característico olor a humedad y vegetación, desarrollando en nuestro cerebro una sensación de sabores afrutado invitándonos a tocar y palpar el musgo que se desarrolla en troncos y rocas que fueron en otro tiempo incoloras. Las setas que abundan por estos lugares nos invitan a degustar sabores relacionados con el bosque, eso sí, siempre estando muy seguros de lo que nuestros ancestros micólogos nos han transmitido para no dudar del placer de este arte culinario. Por todo eso a final serán cinco los sentidos que desarrollamos en esta época del año. El otoño.

Buscando flora colorida en otoño

Como es normal, para una jornada paisajística en otoño, lo principal es intentar buscar las mejores luces. Desde el punto de vista fotográfico será lo que nos interese para sacar el máximo partido a nuestra cámara. Para ello y dependiendo de la climatología nos apresuraremos a los lugares escogidos a primeras horas para intentar arañar al Sol, los primeros rayos de luz sobre la arboleda. Si tenemos suerte con el día y es así como amanece, es posible que cuando los primeros rayos solares incidan en ciertos lugares levanten cortinas  de vapor de agua convirtiéndolas en finas nebulosas que escaparan entre la hojarasca y ascenderán levemente por los finos troncos del robledal, dejando paso a escenarios monocromáticos mezclados con el inconfundible colorido de las hojas verde-amarillas que los castaños, robles y melojos sueltan sin cesar y que planean por la espesura hasta tapizar el húmedo suelo del camino que nos precede.

Será pues buen momento para preparar el trípode, y nuestra compañera de viaje, la cámara que inmortalizara esos momentos únicos que nuestra retina no puede congelar. Previo a esto habrá por tanto que tener estudiado el itinerario y los encuadres pertinentes para no perder la ocasión de disfrutar de tal espectáculo. Si no es así, la jornada a medida que pasa el día nos irá llevando a múltiples lugares repletos de posibilidades, arroyos, gargantas y senderos, nos invitaran a detenernos y escuchar la voz del bosque acompasada de trinos que al viento lanzan su música y que llevara hasta nosotros dirigidos magistralmente por las hadas del bosque. Es así como pondrán una nota musical en nuestra mente a todas aquellas instantáneas que posteriormente visualizaremos en nuestro monitor y que nos recordarán sin duda lo placentero del otoño mágico.

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